Cuando el sol no siempre sale para todos

Miguel E. Antezana C. (*)

“El ambiente en la oficina está pesadísimo; qué flojera tener que ir para allá; si por mi fuera, no iría”; son algunas de las frases que expresan una situación negativa interna en las organizaciones, una situación que, de no remediarse, resultará en continuos movimientos de personal y que afectará el normal desempeño de la empresa. Cuando el clima organizacional es negativo, no hay aire acondicionado que lo remedie: es necesaria la intervención y el apoyo de especialistas en la materia.

¿Clima?

Seguramente todos tenemos la idea, intuimos de qué nos hablan, pero no necesariamente tenemos las palabras para definirla. Un acercamiento a la definición de clima organizacional es el siguiente: Es el conjunto de relaciones humanas y profesionales, condiciones e interacciones laborales, así como las estructuras y procesos –formales e informales- de una organización que, al ser percibidos por sus miembros, influyen y se reflejan de manera directa en el comportamiento individual o grupal corporativo.

El clima organizacional es un producto, es la consecuencia de la interacción de varios factores, muchos de los cuales podemos gerenciar. Aunque el clima organizacional puede verse afectado por elementos externos, una buena gerencia conseguirá crear un “escudo” que minimice los efectos negativos del exterior y fortalecerá la identidad corporativa. Por el contrario, la ausencia de capacidades gerenciales y el desconocimiento de los procesos comunicacionales inherentes al clima organizacional, potenciarán un entorno negativo que puede llegar a ser el inicio de una coyuntura insostenible, altamente “contagiosa” en el tiempo.

Nubarrones en la organización

Son muchos los factores que inciden para que el clima organizacional se torne negativo. En palabras de los afectados, cuando el clima en la empresa se vuelve “pesado”, el dirigirse a la oficina se convierte en una tortura, en un suplicio, en un sufrimiento y no dudan en expresarlo a las personas de sus círculos más cercanos. Sin embargo, lo que el trabajador está tratando de decir es que no siente que existan las condiciones adecuadas para que poder realizar sus labores en forma “normal” o sin sentirse presionado.

La causa más directa de un clima organizacional negativo es la mala gerencia, es decir, la presencia de un supervisor sin las condiciones profesionales y/o personales para tener a su cargo a un grupo de subordinados. El manejo de una cuota de “poder” en la jerarquía organizacional pasa necesariamente por tener la preparación comunicacional adecuada para transmitir órdenes, lineamientos y toda indicación dentro del marco de la gestión empresarial.

En este sentido, un supervisor que no sepa comunicarse, que no emplee el tono de voz adecuado, que no tome en consideración lo que dicen sus subordinados y otras actitudes negativas similares; lo que está sembrando es un resentimiento laboral hacia su persona que día a día riega con sus actitudes y, al crecer, estará generando una sobra, no sólo en su área, sino en toda la organización.

La alta rotación de personal en una empresa suele ser también un síntoma de que en esa organización no existen las condiciones adecuadas (clima) para mantener trabajadores por largo tiempo; ya sean por factores físicos (infraestructura), contractuales (sueldos y beneficios) o funcionales (procesos y gerencia), entre otros. No obstante, se pudieran tener circunstan-cias “maravillosas”, las mejores del mercado, pero los trabajadores no lo consideran o no lo perciben así. En este caso, el problema se circunscribe en el área de la comunicación interna y, específicamente, en fallas en materia comunicacional.

Beneficios

El personal que realiza sus actividades en un ambiente adecuado se siente motivado. Un personal motivado trabaja mejor, y si se trabaja mejor se es más productivo. Comunicacionalmente, cuando los miembros de una organización se encuentran en estas condiciones, siempre transmitirán esa satisfacción, no sólo en el lugar de trabajo sino también en aquellos lugares y con las personas que frecuenta. Los trabajadores tienen la virtud de ser vehículos comunicacionales de la empresa; de allí la importancia de la gerencia comunicacional.

Recordemos que –generalmente- el brindarle a una empresa ocho horas diarias de nuestro esfuerzo, cinco días a la semana, cuatro semanas al mes, once meses (o más) al año, constituye un gran porcentaje de nuestra vida al trabajo. Por lo tanto, es una necesidad el que dichas labores se realicen en un adecuado clima organizacional, de manera que disminuyan los riesgos de generar estrés y otras consecuencias negativas que van en perjuicio del trabajador y que, a la larga, también afectarán el desarrollo productivo de la empresa.


* Artículo publicado en el diario "El Mundo" (Caracas, Venezuela), lunes 26 de octubre de 2009, pág. 23

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